Un estómago revuelto a altas horas de la noche es motivo de reflexión frenética. Después de preguntarse si te estás enfermando, es probable que tus pensamientos se desvíen a tu comida más reciente, lo que provoca la pregunta que induce la ansiedad: «¿Fue algo que comí?»
En los EE.UU. donde se llevan estadísticas muy precisas de todo, se estima que 48 millones de personas contraen enfermedades transmitidas por los alimentos cada año. Y un nuevo informe de Interagency Food Safety Analytics Collaboration ofrece una idea de lo que es probable que estas 48 millones de personas hayan comido antes de enfermarse. Cuando se creó el IFSAC en 2011, se le asignó la tarea de obtener mejores datos sobre el origen de las enfermedades transmitidas por los alimentos, y este informe es el primero en utilizar el «método mejorado» del grupo.
El informe analiza cuatro patógenos principales que el IFSAC (un esfuerzo conjunto de la Administración de Alimentos y Medicamentos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y el Departamento de Agricultura) consideró de «alta prioridad»: E. Coli 0157, Salmonella, Campylobacter, y Listeria. Estas bacterias se encuentran entre los tipos más comunes y que causan las enfermedades mas severas transmitidas por los alimentos, pero, como escribió la FDA en un comunicado de prensa, «las intervenciones específicas pueden tener un impacto significativo en la reducción de las mismas».
Los investigadores estudiaron principalmente los brotes de 2008 a 2012, reforzando el conjunto con datos de brotes más antiguos para asegurarse de que incluían alimentos que pueden no haber causado brotes dentro de ese período de cinco años, pero que aún pueden haber transmitido alguna enfermedad.
Estos fueron los alimentos más comunes responsables de transmitir cada uno de los patógenos:
E. coli
Carne de res: 46 por ciento
Cultivos vegetales en hileras: 36 por ciento
Salmonela
Verduras con semillas: 18 por ciento
Fruta: 12 por ciento
Huevos: 12 por ciento
Pollo: 10 por ciento
Carne de res: 9 por ciento
Cerdo: 8 por ciento
Coles: 8 por ciento
Campylobacter
Lácteos: 66 por ciento
Pollo: 8 por ciento
Listeria
Fruta: 50 por ciento
Lácteos: 31 por ciento
Estos datos proporcionan una idea de dónde enfocar los esfuerzos para combatir la intoxicación alimentaria causada por estas cuatro bacterias. Pero también revela algunos desafíos: por ejemplo, es mucho más fácil concentrarse solo en un par de causas, como la carne contaminada de E. Coli, que tratar de combatir el alcance amplio y difuso de la Salmonella.
El Campylobacter se reprodujo en pequeños porcentajes en pescados y mariscos, verduras y pollo, pero los lácteos tuvieron la mayor tasa de bacterias. El informe se lo atribuye a leche y quesos crudos no pasteurizados.
Los productos lácteos también fueron una fuente de contaminación de Listeria, pero el informe señala que no hubo tantos brotes para como se podría pensar. Por ejemplo, el alto porcentaje atribuible a la fruta proviene principalmente de un brote causado por melones en 2011.
Es difícil predecir dónde o cuándo se producirá un brote de una de estas enfermedades y, por supuesto, no se debe vivir con miedo a la propia cena, pero si el estómago comienza a doler y agitar entre unas pocas horas y unos días después de comer uno de estos alimentos, es posible que sea algo que comiste.
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